Punta del Este Style charló en exclusiva con Martín Pelenur, en su taller/ galería, ubicado en La Barra; conversamos de sus inicios en la pintura, su relación con el mar y su próximo viaje a NY como parte del programa de residencias de la NARS Foundation.
¿Como fueron inicios en las artes visuales?
Tengo recuerdos de la infancia, de niño dibujando. Algo general que hacen todos los niños, hoy lo veo en mis hijos, garabateando, dibujando. Eran momentos de tranquilidad, de estar solo en mi cuarto. Me gustaba hacer historietas, viñetas. Esa es una imagen de epifanía de mi niñez.
Luego de adolescente, me puse a dibujar con crayola y otras técnicas.
¿Pero venías de una familia de artistas?
Para nada. No ha habido en mi familia una tradición que me condicionara a dedicarme a la vida cultural. Fue un camino propio. A mis viejos no les tiraba por ahí.
¿Qué hacías siendo adolescente con esa vocación que despertaba?
Pintaba generalmente de madrugada. Era raro. Yo asocio eso a los momentos de solitud y estar tranquilo. Vivía con mis viejos en Carrasco y después del boliche, de una salida con amigos; me ponía a pintar. Siempre me sedujo una corriente de tipo expresionista: caras, retratos, todo muy cargado de dramatismo y de gestualidad.
¿ Conservaste trabajos de esa época ?
Lamentablemente se perdieron. La historia es que armábamos talleres en casas vacías, en la Ciudad Vieja en Montevideo, un día me robaron todo incluso una carpeta con todos los trabajos que guardaba desde los 16 años.
¿Como sigue tu carrera?
En el liceo curso el bachillerato internacional, una de las materias era arte y duraba dos años y de vuelta tuve la misma conexión. La mayoría lo hacía por descarte y para mis esos dos años fueron un paraíso. Ese fue otro puntapié fuerte. Ahí tuve un enganche mas fuerte para seguir, la maestra habilitaba mucho. Ahí cuando terminé el liceo dije “quiero seguir formándome en esto”.
Son años claves para entender por dónde va a ir uno…
No me planteaba entonces una carrera de arista, tal vez estaba como una fantasía, se fue dando y me fui haciendo un camino casi en ese andar. Luego me meto en economía por descarte y porque la mayoría de mis amigos hacían eso. Era un sistema muy tradicional en Uruguay en esa época. No había tantas opciones. Ibas para Derecho, Economía… Bellas Artes ya era una carrera anacrónica y no me interesaba eso. Tengo así formación de talleres únicamente.
¿Y qué talleres frecuentabas ?
Terminé en el FAC (Fundación Arte Contemporáneo Montevideo) un lugar que ha sido un semillero de artistas, que estaba a cargo de López Lage. El primer FAC que fue en la calle Paullier, era una usina de arte metida ahí y eso me encantó. Ahí debo haber estado cuatro años intercambiando con artistas, colegas que la mayoría son artistas con carreras hechas. Igual la vida del artista es un proceso de formación permanente. Cada vez que viajo me capacito, hago un curso de algo…
Hoy cuáles son tus formas o modelos de inspiración, como se fueron dando, primero contabas tu relación con talleres y artistas y esa efervescencia a vos te motivaba, ¿cómo continua esa búsqueda…?
Es una pregunta que me hace pensar y me encanta por que no tengo la respuesta…
A ver… la pregunta es acerca de cómo construiste entonces tu propia mirada…
Lo que me voy encontrando con la madurez es mi identificación con la figura del pulpo, una cabeza grande con muchos brazos donde cada brazo dispara una serie de trabajos, es una captura y una manera de trabajo específica… cortarle un brazo al pulpo es quitarle su esencia. La verdad es que trabajé muchas cosas muy distintas, mucho tiempo.
Es una búsqueda permanente en el lenguaje de la pintura lo podés ver. Lo mismo en otras investigaciones que voy haciendo.
¿Pero con un foco en la naturaleza que te rodea… los sentimientos?
Yo tiendo a irme mas a la abstracción, entonces empiezo a tratar de entender cómo son las cosas, me interesa mucho el cómo…. Cómo funcionan las cosas en planos muy profundos. Tiendo a irme hacia la física de las cosas. Lo que uno ve a simple vista para mi es lo emergente de algo.
Trascendiendo los fenómenos para llegar a lo nuclear; buscar las esencias…
Pero eso no llega nunca… Por eso me interesa lo líquido, los planos. Estoy pensando siempre en esos términos. Vivo frente al océano, además de ser surfista me vinculo con el medio acuoso y lo identifico con el mar y la forma de pintar. Si me preguntas en que he profundizado en estos últimos años… es en estar en el agua y pintar. Me parece que donde pongo el foco es por ahí.
Bauman dice que la cultura líquida moderna no pasa por lo académico ni es una cultura de aprendizaje o de acumulación, como las culturas registradas en los informes de historiadores y etnógrafos. En cambio, se nos aparece una nueva cultura vinculada al desapego, a la discontinuidad de los caminos y del olvido. Tu obra se plantea desde esa misma fuerza líquida, como un torrente que esta debajo de todo otorgándole carácter – no firme- sino un carácter reflexivo, que se mueve y articula, como lo hace el agua.
Exacto, me fascina la cartografía, la geografía y la geometría y las cuadrículas. Esas son las bases formales en las que voy operando. Me encanta el concepto de aventura y de explorar. La misma manera en la que trabajo en el taller es la que tengo en las caminatas.
No es sólo un ejercicio teórico, no sólo las retratás sino que vos corporalizás esas cartografías…
Son caminatas regulares en las que una vez por año armo un proyecto que tenga que ver con la cartografía. Que básicamente arranca con un mapa, hasta que algo me llama poderosamente la atención y no puedo sacar mi mente de eso que vi en el mapa. Luego lo hago sencillo: trato de ir al encuentro físico de eso que está en el mapa. Así que esa abstracción siempre está presente. Por ejemplo, encontré una línea recta. En el Uruguay no existe una frontera que no esté delimitada por un accidente físico salvo una diagonal que está en el noroeste en el límite con Brasil. Está todo accidentado y de pronto aparece una línea… y fui y la caminé. Es como que me apropio de esas cartografías y armo un índice de ese andar que llamo “el extractor”.
Sin duda, es muy importante pasar por la experiencia, tener esa vivencia. Ir a al encuentro. Lo otro se va armando, se va dando. Lo voy presentando como un proyecto y le voy sumando sonidos e imagen, pintura e instalación. En estos proyectos el aliado más fiel es el sonido. De alguna manera es el que le logra dar continuidad a algo que es muy difícil de integrar. Voy con una grabadora profesional muy buena que llevo conmigo durante toda esa estadía, y genero archivos de audio muy pesados… puede ser una sala blanca con audio, con una imagen y el audio de fondo. El audio siempre estuvo ahí presente, es como el registro más fiel de este tipo de experiencias. Ahora tengo ganas de hacer lo mismo en la laguna Merín, un lugar muy especial que separa Uruguay de Brasil.
Todos estos proyectos giran alrededor de “Extractor”
Si es una suerte de personaje o alter ego que extrae… que absorbe estas experiencias. Este “Extractor” ya hizo la experiencia de los cuatro puntos cardinales del Uruguay y ahora me propongo hacerlos con Sudamérica (Colombia, Brasil, Perú, Argentina). Estoy a punto de hacer una residencia en Perú (Cardinal Oeste) y luego los otros tres cardinales y el centro cardinal que cae en el Amazonas.
Contanos del proyecto de la residencia en Nueva York.
Me presenté a una beca en una institución muy prestigiosa en Brooklyn la NARS Foundation (https://www.narsfoundation.org/) que brindan talleres y networking presentándote galeristas y artistas. Con Nueva York yo tengo un vínculo muy fuerte. Hay algo que me late mucho. En mi caso me pega fuerte, es la meca del arte y de todo. Hace 10 años que voy a Nueva York y me ha dado muchísimo, solamente el hecho de estar en esa vitalidad es suficiente para mí. Es como redoblar la apuesta y cargar baterías. Ese contrapunto para mi es fundamental, yo vivo en la playa en un balneario muy lindo como Punta del Este pero no vivo en Buenos Aires o Montevideo. Vivo fuera de la ciudad y me parecía que había llegado a un grado de madurez en mi carrera y debía hacer algo de carácter institucional. En un espacio como este que salí a buscar; encontré y apliqué y por suerte fui elegido.
¿Con que proyecto te presentaste a la beca?
Estas cosas son abiertas, entienden que están tratando con artistas, no es que totalmente voy a hacer esto, pero les plantié esto de pintura y caminata. Esto del “extractor” que mencionaba antes. Hace unos cuantos años me propuse hacer recorridos perimetrales por islas pequeñas. Manhattan es una isla pequeña y me caminé todo el perímetro en dos días. Yo ya venía investigando la ciudad, indexándola como una cuadrícula. Va de Norte a Sur y de Este a Oeste y eso me sugirió la idea de una caminata diaria y un cuadro por día, con un carácter performático. Eso une las dos pasiones que tengo que es trabajar en el taller y caminar.
¿Como traducís esto al plano o una experiencia visual?
No parto de la necesidad de representación a partir de la caminata pero hay una serie (Aceguá) donde incorporé elementos que tienen que ver con la tierra, líneas y elementos de la caminata. Pero no puedo forzarla. Hay un tipo de trabajo llevado a mapa, pero mapas calcados, y algunos planos con tierra en la sala, y eso eso si era la traducción de esa vivencia, luego armé una serie de pinturas.
¿Cómo recibieron tu obra en la residencia?
En este tipo de instituciones hay de todo. Los seleccionados son de Finlandia, Japón, Corea, más otros artistas que tienen residencia internacional y residentes de todo EEUU y artistas de Nueva York. Por eso tenés que tener una estrategia. Me parece que por el grupo de curadores y artistas que manejan les va a interesar lo que les voy a presentar. Mi idea es ir con algo que puede interesarles especialmente. También me fijé en que no había ningún artista sudamericano y eso marcaba una diferencia.
Yo me paso mucho tiempo solo acá y esa es mi forma de vivir. Y me faltaba ese “exchange” y las tertulias internacionales (Risas) . Que las tenía en Montevideo y acá menos. Y siempre que viajo, las busco.
Empezar un diálogo con los artistas que es fundamental en un entorno creativo y con su correlato institucional, galerías, directores curadores y mercado.
¿Cuándo viajas a New York?
La residencia arranca el 1 de Julio de este año, tengo un montón de expectativas depositadas en este viaje y estoy seguro que se trata de un oportunidad extraordinaria para presentar en Nueva York mi trabajo, desarrollarme como artista y afianzarme dentro del mercado internacional.
©ReyRolex desde Punta del Este para Jungle Mag / All rights reserved
Agradecimiento especial: Inés Etchebarne
La Pecera
Ruta 10 km 160.5 / La Barra, 1er piso.
By appointment. martin@pelenur.com
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Instagram : @extractorvoyeur